omos seres increiblemente complejos y a la vez muy simples. Y todo esto ocurre porque desde pequeños le dimos todo nuestro poder a la mente, este mecanismo que es parte de nuestra vida, pero que es muy limitado porque tiene miles de años de evolución para una simple pero desafiante tarea: hacernos sobrevivir como seres humanos a esta realidad llamada vida.
¿Cómo podemos saberlo? porque está constantemente buscando el peligro en todo para alejarnos de él a través de sus sistemas de defensa que fueron creados por el miedo. Todas las creencias sobre el mundo que nos rodea son de la mente, ella creó estructuras para defendernos, sobre todo si experimentamos situaciones dolorosas en nuestra vida, desde la infancia hasta el día de hoy.
Por ejemplo, si alguna vez experimentamos el rechazo de un padre, nuestra mente dijo “esto es muy doloroso, vamos a guardar esta experiencia para no volver a sentirlo” ¿Cómo lo hará? con un sistema de defensa, algunas de ellas son conocidas. Podrías ser una persona muy confrontacional, o agresiva, o quizás te alejas de esa situación, te paralizas, sufres y lloras, criticas, juzgas, te reprimes, no expresas o rechazas a alguien antes que esa persona lo haga. Así vamos creando la relidad sin darnos cuenta. Eso es el inconsciente, lo que vibramos en el interior que nuestra mente lógica ignora por completo. Por eso no lo vemos, si no lo vemos, no podemos sanar.
Sanar todo eso demanda la valentia, que solo puede ser activada al hacerse 100% responsable de lo que sentimos. Eso hará que la mente, con todas sus estructuras se resita porque creó todas esas creencias para protegernos, pero es ahí cuando te das cuenta que todo esto se trata de la relación con uno mismo y no con otros, sino que ellos son el reflejo de nuestra vibración.
Sentir es tan natural como respirar, pero como la mente rechaza el dolor, no podemos experimentar lo que llevamos dentro al buscar formas de evitarlo, es por eso que no podemos sanar, porque sanar es sentir y romper aquellas estructuras. Por eso es un desafío tan grande, es enfrentarse a uno mismo.
Al sentir algo denso, doloroso e incómodo, la tarea es abrirse a experimentarlo. Vendrá el juicio, ahí se activa la valentia de tomar la responsabilidad “lo que siento es mio”. El otro no te hace nada, el otro hace algo y uno siente, si te atreves a sentir, comenzará a brotar lo que quedó guardado adentro y experimentarás como un volcán a punto de estallar, si lo dejas fluir, pase lo que pase, entonces entraste al camino de sanarlo.
Si lo sientes, se romperá la estructura de la mente, ya no tendrá que protegerte, entonces verás la realidad como realmente es y no con el sistema de defensa, ahí se dice “cuando yo cambio, todo cambia”
Sanar no es una teoría, no es una estructura, no es una metodologia, es una experiencia solo para valientes.
La pregunta es ¿te atreves a sentir?